Historia del puente romano de Mérida
El Puente Romano de Mérida es, bajo mi punto de vista personal, la obra arquitectónica mas importante de Mérida.
Los factores que me llevan a pensar esto, son todas las particularidades que lo rodean. Se la dado un uso continuado de 2000 años, parte de muchas culturas, hasta hace muy poco. Ha sido sometido a desgaste continuo durante siglos. Además, le han afectado grandes crecidas del rio Guadiana y múltiples guerras.
No fué hasta que en 1991, cuando se peatonalizó totalmente al inaugurarse el puente lusitania. En ese momento, dejó de sufrir transito de vehículos. Además de todo lo anterior, os recuerdo que es el puente romano conservado mas largo del mundo, ahí queda eso, casi nada.
La construcción de este puente es un hecho fundamental para el asentamiento y evolución de Mérida. Se construyó en el siglo I a.C. Dispone de 60 arcos y su longitud es cercana a los 800 metros. Está ejecutado en fábrica de hormigón recubierto por sillares. Al parecer, la obra fue llevada a cabo por tramos o fases. El primer y segundo tramo se realizaron en época de Augusto, para unirlos y fortalecerlos, usando un sistema ingenioso para aliviar la presión de la corriente del agua sobre los pilares.
El primer tramo conserva la fábrica romana y tiene 10 arcos de medio punto. El segundo dispone de 25 arcos y compuesto de arcos de diversa procedencia. Este segundo tramo es una de las zonas mas problemáticas en cuanto a cimentaciones, por lo que han sido necesarios ciertas reparaciones. Es aquí donde el río en su constante fluir, produce desgastes y fatigas importantes en la estructura. Más allá de los dos tramos anteriores los ingenieros romanos realizaron unas cinco nuevas ampliaciones, este dato no se conoce con seguridad.
La mano del hombre también ha contribuido a sus destrucciones parciales, por ejemplo, en el siglo IX el emir Muhammad I de Córdoba, durante un acoso y rebelión de los emeritenses contra sus intereses, destruyó un tramo. Mas tarde se ejecutaron reconstrucciones parciales en los siglos XIII, XV y XIX. La mayoría no están documentadas sobre las zonas a las que afectaron. Se presupone que la mayoría son sobre su tramo central. Una de las más importantes fue la gran crecida de 1603 que causó innumerables y grandiosos destrozos sobre todo lo que estaba cercano al río.
Donde está el puente romano, realizar la visita
El puente está justo al lado de la Alcazaba, por lo que te decimos lo mismo que en el otro caso. Aparca en este parking de pago subterráneo y olvídate de problemas de zona azul, etc. Te recuerdo que el tiempo máximo que puedes dejar tu coche en zona azul, es de dos horas. A partir de ahí tienes que renovar el ticket. Todo depende de los que pienses tardar en la visita.
Te facilito la ubicación GPS del parking pago . Está a menos de 3 minutos andando, unos 300 metros. No tiene pérdida una vez que salgas del aparcamiento verás el puente. Como te imaginas, hay dos posibles entradas para verlo, uno por cada extremo. El segundo lado tiene parking gratis en la calle, aquí te dejo la posición GPS para que dejes el coche. En esta página podrás ver un mapa turístico de la ciudad de Mérida, en PDF, a gran escala.
Ver el puente romano y aparcar
Mas allá de los datos, cifras e historia sobre el puente, lo mejor es contemplar la grandiosidad del puente. Supone casi llegar a lo denominado como síndrome de Stendhal. Si necesitas evadirte de los problemas del día a día, el estrés, no hay sitio más recomendable que este puente. Cuando empiezas a recorrerlo, sientes que se te hace literalmente interminable. Imaginad además que gran obra y los medios de construcción de la época.
A ambos lados tienes el inmenso rio Guadiana, con el paisaje ajardinado. Si eres observador, verás aquellas grandes y practicas ideas de la ingeniería romana. De hecho, es la primera obra que obra que hicieron los romanos al fundar la ciudad. No olvidemos que Emerita Augusta se diseñó para ser el merecido retiro de los potentes militares de época, una de las ciudades del imperio mas conocidas. Vamos, se hizo por todo lo alto y sin escatimar.
